ACACIAS


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Acacia sensu lato es un género de arbustos y árboles pertenecientes a la familia Fabaceae, aunque también se conoce con el nombre de «acacia» a muchos árboles leguminosos de otros géneros (las llamadas «falsas acacias», tales como Robinia pseudoacacia, Gleditsia triacanthos o la Sophora japonica). Existen unas 1400 especies aceptadas, de las más de 3000 descritas en el mundo.2 Unas 970 pertenecen al género Acacia stricto sensu, de las cuales 950 proceden de Australia.

Son árboles o arbustos, espinosos o inermes, caducifolios o perennifolios con ramas alternas, inermes o espinosas. Tienen hojas pulvinuladas, estipuladas o no, pecioladas, uni o bi paripinnadas, o reducidas a filodios; las estípulas son libres entre sí, fugaces o muy desarrolladas y transformadas en espinas; el raquis muestra frecuentemente glándulas, más o menos anulares, situadas en la base de las pinnas y los folíolos son de margen entero. Las inflorescencias se organizan en glomérulos cilíndricos o globosos, con numerosas flores, frecuentemente agrupadas en inflorescencias racemosas complejas (conflorescencias). 

Las flores son actinomorfas, sin hipanto, hermafroditas o unisexuales, y de color amarillo. Los sépalos, en número de 4-5, están soldados en la base y más o menos obtusos. Los 4-5 pétalos son más largos que los sépalos, agudos, soldados en la base para formar un tubo. El androceo está compuesto por numerosos estambres, libres entre sí y con filamentos estaminales muy largos, cilíndricos, glabros; las anteras son ovoideas, con o sin glándulas. El ovario es sentado o pediculado, glabro o pubescente, con varios rudientos seminales uniseriados o pluriseriados y con un estilo más o menos cilíndrico de estigma húmedo y embudado. El fruto, sentado o pediculado, es seco, dehiscente o indehiscente, de aplanado a subcilíndrico, generalmente con varias semillas más o menos discoidales, frecuentemente con funículo persistente, muy desarrollado y algo carnoso (arilo).

Género muy extendido en las regiones tropicales y subtropicales del mundo. La mayor diversidad de especies se encuentra en África y Australia. En general, las especies de Oceanía se representan como la parte dominante de la vegetación, especialmente en las zonas áridas y semi-áridas.

Entre los antiguos, la acacia era tenida como planta maravillosa, por sus propiedades curativas y la creían de suma eficacia para ahuyentar la mala suerte. En Egipto, era muy conocido este árbol y sus naturales lo empleaban para la construcción de embarcaciones, estatuas y muebles. Entre los hebreos, se le cita con el nombre de madera de setim4 y según los libros santos, en la construcción del tabernáculo la única madera que se empleó fue la Acacia seyal.

Algunas especies de acacias poseen un sistema de defensa que algunos biólogos consideran como único en el reino vegetal. En los conglomerados donde cada individuo se encuentra en contacto cercano con otro, si este es abordado por un depredador de su follaje, la planta reacciona químicamente liberando sustancias que son de transferencia aérea y llegan a las otras plantas «dando la alarma»;7 8 de inmediato el resto de los ejemplares del conglomerado comienzan a segregar en sus hojas una sustancia tóxica —éstas cambian de color oscureciéndose— que es dañina en el contacto e ingestión y hasta mortal para el depredador animal (que puede ser por ejemplo un gran mamífero como una jirafa, aunque se han dado casos9 en que se produjeron intoxicaciones de mascotas).

Esta reacción es temporal, aun así debe seleccionarse apropiadamente la especie de acacia en el ámbito de la jardinería, a efectos de evitar estos efectos sobre animales y personas.