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Amarilis o amaryllis es como popularmente se conoce a
esta planta de la familia de las Amaryllidaceae y cuyo nombre científico es
Hippesastrum. Procede del centro y del sur de América, así como del Caribe,
donde también se pueden encontrar hermosas variedades. La belleza y el tamaño
de sus flores ha despertado el interés de los especialistas, por lo que hay un
gran número de híbridos que producen flores de muy diversos colores, así como
jaspeadas... También hay especies enanas que llegan a producir cuatro flores
por tallo. La flor de este bulbo es acampanada, con seis pétalos y estambres
muy prominentes. Tiene unas hojas verdes y alargadas que salen tras la
floración, aunque en ocasiones salen a la vez que las flores. En estos meses de
invierno es el momento de plantar los bulbos para que den flores en unas
semanas. En las floristerías se pueden encontrar amarilis en flor, proceden de
bulbos que han sido “forzados” para producir una floración temprana.
En primer lugar elige una maceta que sea sólo un poco más
grande que el bulbo, ya que de esta forma crecen mejor. A continuación, coloca
el bulbo en el sustrato, de forma que queden cubiertas sus dos terceras partes,
dejando la parte superior al aire. No olvides poner una capa de arena para que
haya un buen drenaje. Hasta que florezca, se debe regar alrededor de una vez
por semana, después se harán los riegos más abundantes.
Depende bastante de los cuidados que le des: temperatura,
luz..., pero si las tienes en un lugar fresco, bien regadas y abonadas, suelen
durar de tres a seis semanas.
Cuanto más grande sea el bulbo, mayores flores dará,
pueden llegar a medir hasta20 cm de diámetro. También, dependiendo de la
variedad, las flores tendrán diferente diámetro; las especies enanas dan flores
mucho más pequeñas. La amarilis Belladona, que procede de África, da flores muy
grandes que florecen desde mediados de invierno hasta bien entrado el verano.
Esta variedad se llama también azucena rosa y tiene un bulbo más globoso y
grande que el resto.
Sí, los bulbos pueden durar muchos años, por lo que es
adecuado trasplantarlo cada tres o cuatro años, pero recordando siempre que no
hay que ponerlo en una maceta que no sea demasiado grande.
Sí. Las formas más comunes de hacerlo son dos: o cortando
el bulbo en gajos y plantándolos en diferentes macetas, o separando los
pequeños bulbitos que suelen nacer alrededor del grande y plantando éstos de
forma independiente. También se pueden conseguir amarilis por semillas, la
siembra se hace en otoño, pero es un proceso más lento y complicado.
Para lograr este propósito, corta las flores justo cuando
se marchiten, incluyendo el tallo grueso. Sigue regando y abonando lo habitual
hasta que se sequen las hojas. Cuando esto ocurra, córtalas a ras de tierra y
suspende los riegos y el abonado. Si dejas el bulbo en la maceta, trasládala a
un lugar oscuro, fresco y seco, para que pase allí el periodo de reposo. Si
prefieres sacarlo, envuélvelo en papel de periódico y guárdalo en un lugar
igualmente seco, fresco y oscuro.